jueves, 6 de octubre de 2016

El Templo Mayor (Huēy Teōcalli 'Gran Templo' en náhuatl)1 y el espacio físico donde se ubicaba, conocido como Recinto del Templo Mayor fueron el centro absoluto de la vida religiosa mexica, esto es, la de los aztecas de México-Tenochtitlán.



En el Recinto del Templo Mayor confluían los aspectos más importantes de la vida política, religiosa su mitología y económica de los mexicas, aquí tenían lugar desde las fiestas que el tonalpohualli marcaba hasta la entronización de tlatoanis y funerales de viejos gobernantes.
La construcción del templo principal de este recinto se realizó en siete etapas y alcanzó una altura aproximada de 45 metros.2
El Templo Mayor fue el centro simbólico de la gran red tributaria del Imperio Mexica, un lugar en donde se reunían las ofrendas sagradas y depósitos funerarios; un adoratorio a las deidades de la guerra y la lluvia; un símbolo de los logros de los aztecas ante sus enemigos.
Los templos gemelos coronan la base piramidal reflejan la antigua y persistente visión cosmológica de una serie de oposiciones coincidentes, entre ellas: cielo / tierra, sequía / lluvia, solsticio de verano / solsticio de invierno y los cultos a los dioses Tláloc – Tlaltecuhtli /Cihuacóatl-Coatlicue Coyolxauhqui.
Cada uno de estos templos estaba dedicado a un dios, a Huitzilopochtli del lado derecho (SUR), donde se encuentra el monolito de Coyolxauhqui. El otro templo está dedicado a Tláloc, del lado izquierdo (NORTE) donde está el Chac Mool. Al lado de este se encuentra la piedra de los sacrificios.