miércoles, 14 de julio de 2021

 Federico Cantú 1907 -1989

Moisés rompe las tablas 1947

 

 

 

Invitados por Elvira Lozano de Todd, nos dimos cita para comer en la escondida, y al final del rico banquete, Memo Sepúlveda se refirió a nuestra historia judía - y me voy a referir a dos de las obras incluidas en la exposición “Tres pioneros”, ambas de Federico Cantú Garza



Y qué mejor aún que ocupar el texto de la exposición Éxodo ( MUNAL ) en donde Enrique Krauze habla del grabado de “Moisés rompe las tablas”

La escena ocurrió hacia fines de los 70 en una vieja casa de la calle de Chilpancingo muy cerca del parque México. Era en la noche del Pasaj, la tradicional cena de Pascua en la que los judíos conmemoran la salida de Egipto, leyendo un relato llamado Hagadah, que resume partes esenciales del libro del Éxodo y comentarios de famosos sabios y talmudistas. Muertos los bisabuelos que, como su propios antepasados

habían oficiado la cena con religiosa puntualidad, presidía la mesa el único abuelo de la familia. Lejos de la ortodoxia, el Seder- que así se denomina la cena específica de aquella festividad- transcurría con rezos rápidos y alegres……


 

Pronto llegó el momento esperado por los niños más pequeños: su turno de plantear a la abuelo- en hebreo ,yiddish o español- las cuatro preguntas canónicas que abren la Hagadah y que en esencia inquieren sobre la el carácter único y especial de esa noche. El protocolo prevé que el abuelo y los comensales mayores le respondan con la lectura minuciosa de aquel delgado libro……….. En aquella ocasión, el patriarca-significativamente llamado Moisés - reviró la pregunta a su pequeño nieto de cuatro años llamado a León. “Mejor dinos tú qué?” Vestido muy formal de trajecito y corbata 

su cabeza cubierta con la Yarmulka, el niño se paró sobre la silla y dijo: “Dios vio que los judíos habían sufrido mucho y le dijo a Moisés : que sacar a su pueblo de Egipto. Mandó las plagas y los judíos se fueron. Y Dios le dijo a Moisés: busca la tierra prometida y funda mi ciudad en una gran laguna donde encuentres un águila sobre un nopal devorando una serpiente.

 

Ameneofis IV - obra mural de Federico Cantú – Colección patrimonio del estado de NL

Moisés rompe las tablas – grabado al buril por Federico Cantú colección Cantú Y de Teresa

Bo

 

 

 


 

               Colección.  Cantú Y de Terésa

 

Federico Cantú 1907 -1989

Cuando el gobierno de los Estados Unidos  decide intervenir en la segunda guerra mundial, el Arte Pictórico , que había logrado incrustarse en la nueva cultura Americana rencuentra una nueva crisis. Y a pesar de que  Cantú 

había corrido con buena suerte los últimos dos años en sus exposiciones en

 Nueva York, Los Angeles, Washington y Filadelfia  la recesión se empezaba a sentir, sugiriendo una razón de sobra para volver a México.

En 1942 Cantú  instala un Atelier en la calle de Bajío donde iniciara una fecunda obra

Religiosa gráfica, Mural y de caballete  y a pesar de que el había trabajado el grabado en madera, En La Grande Chaumiere y La Academia Colarossi; en su década de Parisina. Por primera ves Federico, decide dedicares de lleno al grabado en punta seca; sobre placa de cobre, plata y zinc. Dice Cantú; Para lograr un buen grabado se requiere realizar un buen dibujo.




 

Pero para realizar un grabado de un tema religioso,  también se requiere de un gran conocimiento sobre el tema, una magnifica imaginación,cultura, y Cantú la poseía.


 

En este grabado realizado  1945 (derivado de una versión anterior de 1942).

La interpretación que da Cantú en este pasaje Bíblioco es digna de admiración, por un lado se atreve a realizar un gran desnudo que nos revele la intensidad del drama sufrido por Moíses, después de haber librado a su pueblo del dominio Egipcio.

Otro logro de Cantú dentro de la interpretación de motivos religiosos es la incorporación de Arquitectura y paisaje nacionalista que lo observamos dentro de

un centenar de obras posteriores. 

 

Al contemplar hoy el conjunto de obra de Federico Cantú, se despliega ante nosotros 

un capitulo que cubre mas de siete décadas del arte Mexicano del siglo XX.

 

Federico Cantú, pintor de una conciencia lucida e insobornable. La vida interpretada por un gran Artista se convertirá en nuestra realidad.



 

Según la Biblia(Escritura sagrada de los judíosy los cristianos) el profetaMoisés(aprox. 1250 a.C) recibió directamente de manos de Jehová, "escritas con su dedo", una lista de órdenes o mandamientos que los israelitas debían respetar. El nombre decálogo, con que suelen designarse, procede de la fórmula griega δεκάλογος (dekalogos) con que se citan en la Septuaginta, la versión griega tradicional, tanto en Éxodo34:28, como en Deuteronomio10:4.

Según las escrituras, Moisés estuvo en el monte cuarenta días y cuarenta noches y en ellos le dio Dios escritos en dos tablas de piedra los diez Mandamientos. Cuando bajaba, vio al pueblo que estaba adorando al becerro de oroy enfadado las rompió. Pero posteriormente, volvió a subir y pidió a Dios que perdonase al pueblo y sellase con él la alianza. Entonces, el Señor pidió a Moisés que tomase dos planchas iguales de piedra y en ellas le mandó escribir o escribió las diez palabras de la alianza.

 Adolfo Cantú

                                                            

                                                     Colección; Cantú Y  De Teresa


martes, 13 de julio de 2021

   

 

 

Algunos poemas 

Renato Leduc 

 

"Que tus tensas pestañas no se alejen a la luz misma. Que si lágrimas viertes las recoja pañuelo gris, el paño de la bruma". 

Federico Cantú – Paris 1933




 

 

José Alvarado decía: 

 

 

¿Existe Renato Leduc?

El residente en París, amigo de André Bretón y  Benjamín Peret,

 dueño de secretos indios y comedor de vidrio; otra, por si faltara, la de periodista solitario alojado en una casa ruinosa, y no debe olvidarse la del poeta renegado.

 Vio la invasión de Hitler en París, lo despertaron los bombardeos nazis en Ámsterdam; Victoriano Huerta bebió tequila en su presencia, junto a un mostrador de  tienda de la colonia Santa María; Álvaro Obregón tomó café a su lado arrimado a la lumbre en un vivac; Plutarco Elías Calles le dedicó órdenes militares . Hizo de Moscú a Pekín un recorrido de nueve días en el Transiberiano, y un ingeniero soviético le preguntó acerca de John Reed, justo al cruzar el Volga. Se dejó perder en Shanghái; se aburrió de Bruselas; paso por Madrid; un caballereiro fue su amigo en Portugal.  Y antes, su estancia burócrata en la Secretaría de hacienda, como experto en sucesiones y legados.  ¿Cuál de estas consejas es la auténtica? Acaso ninguna. Cada cual corresponde a un personaje distinto, pero todos llevan el mismo nombre: Renato Leduc.


 


Algunos poemas 

 

Renato Leduc 

 

Pensamos que ya era tiempo de ser románticos

 y entonces confeccionamos un paisaje ad-hoc

 saturado del más puro idealismo 

y barnizamos la luna 

de melancólico color.

 

 adquirimos también 

una patria y un Dios

 para los usos puramente externos

 del culto y del honor.

 

(Vertimos por la patria medio litro de sangre.

comulgamos con ruedas de molino

 por el amor de Dios)

 

 Y al fin fuimos cristianos

 por esnobismo. 

Necesitábamos precisamente

 algún egregio sembrador de dudas

 y en un baile de máscaras

 la rubia Magdalena nos presentó a Jesús.




 

Y sucedió porque al atardecer

las pasiones jocundas acallaron

 su estentório fulgor de dinamita.

 Éramos mansos de corazón

 y la carne del cosmos era una

 estupenda belleza hermafrodita.

 

 Ah…….y teníamos una dama

 propia para el corazón.

Usaba las manos blancas

 un albo cuello de cisne 

y los ojos insolubles

 a la temperatura del alcohol .

 

Era una dama Capuleta

 hábil para charlar en el balcón.

 

Renato Leduc – Paris 1933